Fernando, natural de Cápula, se siente tan orgulloso de su horno de gas que fue lo primero que nos enseñó nada más entrar en el taller. Con él ha logrado ser más eficiente, pasando de hornear 30 piezas al día a más de 300.
Esto nos ayudó a entender mejor las necesidades reales que tienen los Creadores Artesanos y lo que verdaderamente necesitan para poder crecer y hacer planes de futuro. Fernando nos inspiró para emprender iniciativas de apoyo a los Creadores Artesanos.
Nos enseñó como trabajan primero la cerámica manualmente para después pasar a dibujar los característicos puntos de capuleado, con las mismas herramientas que lo hacían sus abuelos.